viernes, 17 de mayo de 2013

El Catrin (estampa de lotería, cuento)

El Catrin

Persona fina y refinada, elegante, de buen gusto y sobre todo rico, si, esa es la percepción que tienen los demás de mí, porque yo quiero que la tengan y he creado esa imagen falsa desde hace tiempo ya.
Todo comenzó cuando me gane la lotería, pero por vanidad decidí decir que, por herencia de mis ricos padres tenia fortuna, eso dije cuando me mude recién a esta costosa ciudad y mis vecinos me creyeron, me creyeron tanto que comenzaban a ser más amables conmigo y yo me divertía a cuesta de ellos.
Más los excesos fueron acabado moneda tras moneda y la huella de aquella fortuna solo está impresa en la fachada de mi casa, cuyo interior está casi vacío, he vendido los muebles… ¡pero lo he hecho muy lejos de aquí para que nadie los reconociese! Nadie podrá señalar aquel bello reloj de péndulo en el estante de alguna tienda de segunda mano y decir “oh, ¿Qué no es el reloj del Catrín? ¿Y ese? ¿No era el sillón de piel de su sala, disque importado de Austria? Moriría de vergüenza.
No tengo  opción más que salir con mis pocas ropas elegantes a la calle y fingir felicidad y mientras me paseo por las calles con gracia, de reojo miro los letreros de las fábricas “se solicita personal”.





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