La concepción de la muerte en Pedro
Páramo.
Es difícil describir Pedro Páramo de Juan Rulfo, he de
decir que me causo problemas el salto de diálogos entre persona y personas, hay
veces incluso donde tenía que releer para comprender lo que sucedía. Así pues
esta novela es complicada de leer primeramente, pero al terminarlo me creo
grandes reflexiones e incluso he dudado si están vivas las personas que
frecuento, eso sí, es una gran novela que volvería a leer gustosamente, quizá así,
podría darle otro sentido al libro y notar detalles que pase de largo.
Algo que sobresale en este libro es la concepción de la
muerte, ¿Por qué? Porque todo el libro habla de ella, comenzando primeramente
por el mismo Pedro Páramo, el cual ya está muerto.
Generalmente se tiene la concepción de que al finalizar
nuestras vidas, iremos a un lugar mejor a dejar a sufrir, en Pedro Páramo esto
no sucede, aunque los mismos personajes tengan la esperanza de que así sea.
La mayoría del pueblo está muerto y deambula por el mundo
de los vivos, dependiendo de sus oraciones para calmar sus penas y son ellos
mismos quienes cuentan las historias de las personas que antes habitaron
allí y de sus actos.
La muerte es el eslabón que vincula el pasado y presente
de los personajes, al penar por todo el pueblo las animas de los muertos por
años, dan testimonio de no solo de sus vidas, si no de las demás.
Atrapadas en Comala
no hacen más que deambular esperando ser escuchadas y hasta ayudadas,
pero no hay quien pueda ayudarlas ya que el único sacerdote del pueblo que
podría ayudarlas, está atrapado en el pueblo mismo, sin poder ayudarse
siquiera.
La muerte no es liberadora como se espera, es por ello
que conviven en un mismo espacio vivos y muertos, haciéndose difícil
diferenciar a unos de otros, Los muertos se encuentran incapacitados de abogar
por su propia causa y por eso se convierten en dependientes eternos de los
vivos.
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